Comentario
Noruega y Dinamarca eran neutrales y se habían esforzado para seguir siéndolo durante la Gran Guerra y en la guerra que se había iniciado en septiembre de 1939. Pero se vieron involucradas en ella. Y para Noruega sobre todo, no iba a ser una "dróle de guerre".
Ya desde la guerra soviético-finlandesa Noruega se había hallado en peligro de verse envuelta en un conflicto cuando, como vimos, británicos y franceses habían planeado ayudar a Finlandia desde Noruega (y Suecia), y controlar en el Atlántico norte y Mar del Norte un área importante desde el punto de vista estratégico y evitar que acabara dominada por los alemanes con los cuales, no lo olvidemos, ya estaban en guerra. Ahora, además, se trataba de poner fin al suministro de hierro sueco a Alemania: cuando el golfo de Botnia se helaba en invierno y el puerto sueco de Lulea quedaba cerrado, el mineral se llevaba hasta el puerto noruego de Narvik, más septentrional, pero libre de hielos; desde Narvik el hierro era transportado hasta Alemania por mercantes alemanes. Para ello los franco-británicos pensaron ocupar Narvik, Trondheim, Bergen, Stavanger y el puerto sueco de Lulea, esperando contar con la aquiescencia noruega y sueca, y con que estos países entraran también en guerra contra Alemania...
Suecia y Noruega se negarán en rotundo a entrar en guerra y tratarán de defender su neutralidad, y, luego, su independencia, incluso con las armas. Alemania sabía que el plan franco-británico de ocupación de Noruega seguía en pie, pese a haber terminado la guerra soviético-finlandesa, e incluso no se habían desmovilizado del todo las tropas destinadas a la operación. Pero, finalizada la Guerra de Invierno parecía que, por el momento, los aliados hubiesen abandonado su plan, denominado " R-4" .
También los alemanes tenían su propio plan de ocupación de Noruega -si bien posterior al de los aliados-, que quizá haya comenzado a elaborarse a comienzos de 1940. Pero, aquí también tras la paz entre Helsinki y Moscú, parecía haber desaparecido la razón para ocupar el país escandinavo. Partidarios del plan habían sido Ribbentropp, Hitler, y sobre todo, el almirante Raeder. Este último no deseaba repetir el error de la Primera Guerra Mundial, es decir, la no ocupación de Noruega. Asimismo, a Alemania podían serle útiles los puertos noruegos, la obtención de bases y, en primer lugar, la garantía de que la ruta del hierro sueco no se vería cortada, y, finalmente, impedir la intervención aliada. Así, aunque Noruega no había cometido la menor provocación hacia Alemania y la propia Alemania no tenía ninguna queja de Oslo, Raeder había aconsejado posponer el "Plan Amarillo" (ataque a los franco-británicos en el oeste) y llevar a cabo el Plan Weserübung (ocupación de Noruega), para marzo o abril. El plan consistía en "el cruce de la frontera de Dinamarca y el desembarco en Noruega (que) deben ser simultáneos. La operación debe prepararse con la mayor rapidez y con la mayor cantidad de fuerzas. En caso de que el enemigo tome la iniciativa en Noruega, hay que adoptar contramedidas inmediatamente. Tiene la mayor importancia que nuestras medidas sean inesperadas para los Estados septentrionales y para los enemigos occidentales".
Los aliados no habían abandonado, pese a las apariencias, su plan R-4. Churchill y el almirante Evans eran partidarios de entrar en Noruega y ocuparla. Su insistencia, junto a la de Paul Reynaud, resultará vencedora sobre quienes, como Chamberlain y otros, preferían esperar, cogidos entre el temor, la indecisión y el cinismo. Por lo pronto, Churchill y Reynaud estarán de acuerdo en, como paso previo, minar los puertos y costas noruegas -Operación Wilfred- para dificultar el paso de los mercantes alemanes. Con todo, los aliados esperarán siempre que "un milagro" permita detener la guerra en el oeste.
Ya desde fines de 1939 los británicos patrullan el mar del Norte -y el Atlántico- y su poderosa flota controla con relativa facilidad los movimientos de los barcos alemanes. Los incidentes se multiplican, pero el hierro sueco sigue llegando a Alemania.
Uno de estos "incidentes" representa un giro en la actitud alemana y en la decisión final de llevar a la práctica el Plan Weserübung. El 16 de febrero de 1940 un mercante alemán, el Altmark, con 299 marinos civiles británicos capturados por el acorazado de bolsillo alemán Admiral Graf Spee en el Atlántico, llega a las costas noruegas. Pero en vez de depositar a los prisioneros en un puerto neutral (en este caso Bergen), el barco prosigue su rumbo. Una flotilla de destructores británicos lo intercepta y libera a los prisioneros... en aguas territoriales noruegas. Oslo protesta, pero los británicos no mostraban ningún miramiento hacia quienes, en su opinión, deberían haberse unido ya al bando aliado. Los británicos -pero también el Altmark- habían violado la neutralidad noruega, y Hitler va a aprovechar el incidente para acelerar los tiempos de la agresión; y los propios aliados saben ya que los alemanes no van a permanecer pasivos.
De ahí que el Plan R-4 comience lentamente a ponerse en marcha, pero, de nuevo, con lentitud y desgana. No así el "Plan Weserübung" de los alemanes, minuciosamente preparado. El Plan prevé ocupar Osló, Trondheim, Arendal, Efersund, Kristiansund, Bergen y otras ciudades, sin olvidar el puerto del hierro, Narvik. Los alemanes pretenderán presentarse como "protectores" de Noruega frente a los aliados. Además, van a aprovechar la existencia de un partido fascista proalemán, el Nasjonal Samling del nazi noruego Vidkum Quisling, al que pocos votan pero que cuenta en sus filas con algunos militares y políticos.